Raul
Longo
Nada atrapalha mais ao processo
de conscientização da ideologia igualitária e libertária de esquerda, do que a
própria esquerda. Foi o que se pode testemunhar na visita da Yoani Sánchez ao
Brasil.
Quem é Yoani Sánchez? Às
vésperas de sua chegada em terras brasileiras, se distribuiu pela internet 40
perguntas a serem feitas à enviada dos interesses do hemisfério norte por Cuba e
todo continente latino-americano. Claro que a espertalhona jamais responderá
nenhuma, mas nem precisa. Os fatos protagonizados pela Dona Yoani que geraram
aquelas perguntas, por si já demonstram de quem se trata e de quanto é execrável
sua função e as razões de sua visita.
Execrável, sim. Mas, se não
anódina, sem maiores significados.
Sem dúvida a mídia brasileira
iria tirar sua casquinha e tentaria transformá-la em heroína do continente, a
Miss América do momento. Mas e daí? Se há uma década os brasileiros têm
demonstrado não acreditar nos bicho papões da mídia defensora dos que especulam
e usurpam os direitos do nosso povo e público, que importância se daria a essa
desengonçada garota propaganda?
Nenhuma! E é evidente que não me
refiro ao desengonço físico da Yoani, mas preciso explicar aos sensibilizados
pelos maus tratos de nossa esquerda otária que a transformou em vítima, que
desengonçada é a história da mulher que vivia na Suíça e voltou para Cuba para
dizer ao mundo que fora de lá tudo é muito melhor e mais
livre.
Ela é acusada de forjar a
quantia de acessos e seguidores de seus profusos mecanismos de propaganda
anti-castrista, mas sem dúvida a esquerda festiva brasileira conquistou-lhe um
considerável acréscimo de navegadores aqui em nosso país e, quiçá, pelo mundo
afora, onde quer que se tenha espalhado a notícia do fuzuê armado pelos arroubos
dos arrivistas da esquerda que sempre prejudicam a própria
esquerda.
Quem iria assistir seu filminho?
Meia dúzia de gatos pingados, se tanto. E por mais que a Globo ou a Abril
tentasse inflar a empadinha da Yoani, de sua massa podre só se experimentaria o
sabor de vento.
E quem foi enfiar azeitona na
moça sem recheio? A esquerda oba-oba. Ou, para ser mais claro: a esquerda boba.
Se mais consequentes, no máximo
a teriam recepcionado em aeroportos e palanques armados para o cumprimento de
sua missão, com faixas e cartazes onde se inscrevesse resumos de algumas
daquelas 40 perguntas, todas muito contundentes. De resto, que o GAFE (Globo,
Abril, Folha e O Estado de São Paulo) se virasse para repercutir o profundo
silêncio da abismal desimportância de Yoani María Sánchez.
Mas a esquerda boba quer festa!
Nunca sabem bem porque são esquerdas, mas adoram fazer barulho, gritar rompantes
e palavras de ordem lançadas ao léu. E foram lá brigar com o Suplicy que aceitou
a provocação e todos deram os minutos tão preciosos ao Jornal Nacional e a pauta
tão desejadas às Vejas da vida.
Melhor estratégia de marketing
não há. E de graça! Desembarcou como assistente de auxiliar de comissária de
bordo e partiu como comandante da PANAM ou American Airlines, loucas para que se
reativem os cassinos de Cuba faturando com vendas de passagem de turismo sexual
na ilha caribenha.
Claro que estou sendo
reducionista e há interesses muito maiores a serem defendidos antes que se tenha
de suspender o insustentável e ridículo bloqueio à Ilha. Interesses
internacionais que muito agradecem à alegre esquerda brasileira pela promoção
mundial à blogueira, pois evidente que os GAFEs lá de fora também pegarão carona
nesse voo que já garantiu à Yoani algum público entre moçoilas do interior
paulista que acorreram à capital do estado para ouvir a guru inventada pela CIA
ou quaisquer daquelas outras organizações que por décadas não conseguem
assassinar o Fidel Castro.
E não foram poucas as
tentativas. Apontado pelo Guinnes World Records como recordista mundial entre as
vítimas de tentativas de assassinato com 638 mal sucedidos atentados, Fidel
jamais poderia ter imaginado que justamente a esquerda brasileira seria mais
eficiente do que seus algozes.
Restou ao também blogueiro
Eduardo Guimarães o esforço de tentar consertar os estragos da festa, como se vê
aí em sua mensagem à Yoani. Claro que ela não irá respondê-lo, mas seria
excelente se ao menos servisse para ensinar alguma coisa à essa esquerda que de
forma tão eficiente contribui com a direita. Aliás, no Brasil elas sempre se
compensam: as inconsequências de uma à burrice da outra, e vice-versa,
competindo pelo primeiro lugar no quesito obtusidade.
E toca aos Eduardo Guimarães de
plantão, recolher os cacos! Ô vida!
Estimada Señora
Yoani María Sánchez Cordero,
Presente,
Vengo a su
atención por ser bloguero cómo la señora, aunque desde Brasil, donde recién has
estado, y por acompañar su exitoso trabajo en la Web y cómo personalidad
internacional que ejerce fuerte influenza política en los grandes medios
occidentales de orientación conservadora.
Mi texto, pues,
quiere invitarla a reflexiones y quizás a que ofrezca respuestas.
Por primer,
quiero lamentar una situación que has vivido en mi país. Nosotros, en Brasil,
que entendemos que su trayectoria de vida necesita de aclaramientos en razón de
ser usted una persona que produce críticas muy duras al modelo de sociedad
cubano y que relata factos sobre el régimen de su país que muchas veces no se
traducen en pruebas de lo que afirmas, con aquellas protestas perdimos la
oportunidad de hacerle preguntas que nunca has contestado.
No comparto, así,
de la visión de los que han planeado las protestas que has enfrentado en Brasil.
Pienso yo que hemos perdido una gran oportunidad de no permitir que usted se
escudara en disculpas para no contestar a las cuestiones importantes que hay
para hacerle y que nunca han sido contestadas.
Cómo ya puedes
haber imaginado, cuando hablo de cuestionamientos me refiero a un texto que ha
sido muy difundido por todo el mundo y que muestra lo que mucha gente sospecha:
que usted hace denuncias en contra el gobierno cubano y la realidad de su país
para la cuales jamás has presentado pruebas.
Hablo, pues, de
la entrevista que has dado hace algunos años al periodista francés Salim
Lamrani.
Lamrani, en la
apertura de su relato del encuentro que tuvieran ustedes en el Plaza Hotel de La
Habana, anticipó lo que, en los años siguientes, mucha gente más ha comprobado,
que, al contrario de lo que dices, su blog, Generación Y, puede ser visitado de cualquier computadora en la capital
cubana, por lo menos.
Mientras los
medios conservadores de Estados Unidos, América Latina y Europa reproducen su
discurso y garantizan que hay un bloqueo digital a su página web por acción y
decisión del gobierno cubano, hace rato (noviembre del 2012) un amigo, el periodista brasileño Altamiro Borges, ha visitado su
país y dijo que no ha encontrado ninguna dificultad para visitar su
blog.
Parece, pues,
nada más que un cuento que la “terrible dictadura” que denuncias impida su
trabajo, aunque eso sea el discurso arriba del el cual ha sido construido el
personaje Yoani Sánchez.
Aquí, entonces,
la primera cuestión: ¿usted sigue garantizando que el gobierno cubano impide que
el pueblo de la isla visite su blog a través de bloqueo electrónico? Y más:
¿estás dispuesta a recibir una comisión que usted y sus opositores crean
imparcial, ahí en La Habana, para registrar en video lo que resulta cuando se
intenta hacerlo?
Otra cuestión,
señora Yoani, dice respecto a la dureza del régimen que usted denuncia una vez
tras otra. Lamrani relata que se ha encontrado con la señora en la recepción de
un hotel de lujo en La Habana, el Plaza Hotel, de forma libre. Tanto es que, en
el relato que hizo, la señora vino para la cita muy tranquila, de forma muy
diversa de lo que se podría esperar de una “perseguida política”, que, al fin,
es como se presenta usted.
Al menos es lo
que dicen los grandes y ricos empresarios dueños de los grandes medios
internacionales enemigos de Cuba que vienen siendo tan generosos con la señora
al pagarle altas sumas por sus escritos. Pero lo que se ve, sobre todo cuando
haces un tour como lo que estas haciendo por el mundo, no combina con el cuento
de la dictadura que fustiga la heroína solitaria.
Lo
que me parece más grave en su discurso, señora Yoani, es una denuncia hecha por
usted hace algunos años, cuando dijiste al mundo que has sido “secuestrada” por
agentes del gobierno cubano y, durante eso, has sido agredida con violencia
física por ellos. Ahí, si, se podría ver un hecho propio de una
dictadura.
Al haber pasado
eso mismo que cuentas, Cuba seria la dictadura feroz que pintas y no la
“dictablanda” de que hablan los barones de los medios brasileños cuando se
refieren a la dictadura militar brasileña, en la cual, le garantizo, la señora
no iba a poder escribir nada en contra ella y jamás mantener encuentros en
hoteles de lujo para hablar mal del régimen.
Lo
que pasa es que Lamrani le ha hecho una pregunta muy razonable y natural: ¿usted
tiene pruebas de la acusación de que has sido “secuestrada” y “agredida” por el
gobierno cubano?
En
la oportunidad, no contestaste nada. Lamrani le
pregunto si usted había sacado fotos de las heridas que le han causado los
“agentes del gobierno”, pero lo que has dicho suena absurdo, falso y, delante
del grave que es la denuncia, inaceptable.
Decir
que tienes fotos de las heridas que le han infringido pero que recusas a
mostrarlas porque las quiere guardar para presentarlas a “un tribunal”, es un
chiste. Años han pasado y jamás has buscado la justicia de su país o de
cualquier otro. Hiciste la denuncia y no fuiste buscar justicia.
¿Raro, verdad? Le
da total derecho a hacerlo a quien quiera decir que se trata de una
trampa.
Una pregunta más,
pues: ¿nunca vas a buscar justicia para lo que,
siendo verdad, es un crimen hediondo? Y si no vas, ¿por qué no lo
hará?
Quien tiene
interés por su activismo político sabe de todas esas cuestiones y muchas otras
más. Podría pasar horas escribiendo todo lo que cuestionan sobre su discurso
político, pero la verdad es que si usted tiene la intención de hacer con que sea
respectada no solamente por los ricos empresarios enemigos del régimen cubano,
pero también por las personas que quieren solamente
la verdad, podrías empezar contestando a esas pocas
cuestiones.
Nosotros, en
Brasil, creemos que algunos de nuestros compatriotas han desperdiciado la
oportunidad de hacerle preguntas que nunca has contestado. Así, si dices que
ahora estas dispuesta a hacerlo, yo y otros compañeros queremos viajar a Cuba
para entrevistarla, cuando termines el recorrido que haces por el mundo para
denunciar al gobierno de su país.
Así, en espera de
sus noticias me despido,
Muy
atentamente,
Eduardo
Guimarães
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